Todavía más leyenda

Al entrar al antepalco de Roland Garros hay un panel de madera con el palmarés del torneo escrito con letras doradas. Es impresionante ver el nombre de Rafael Nadal grabado 8 veces (a partir de ahora 9). Son 65 partidos ganados y sólo uno perdido, ante Soderling en 2009, con el balear lesionado.

Son nueve torneos en los que durante 15 días ha tenido enfermedades, lesiones, noticias familiares duras, días buenos, días malos … Enfrente ha tenido jugadores de varias generaciones, tenistas agresivos, ‘pasabolas’, jugadores franceses con todo el público a favor… 

Rafa se ha encontrado de todo y ha podido con todo. Este año no estaba tan fino como en otras ediciones y parecía más vulnerable. Él lo sabía y, además, enfrente tenía a un Djokovic que últimamente le había ganado varias veces. Pero el balear en tierra y al mejor de cinco sets todavía hoyes imbatible.

Ayer utilizó sus armas e hizo algún ajuste táctico específico antiDjokovic. Jugó largo, con peso, dominando con su derecha y agarrándose especialmente en los puntos importantes. En ‘breakpoints’ a favor y en contra Rafa jugó muy bien y Nole mal. No abrió muchos ángulos y sacó muchas veces el cuerpo para evitar los golpes todavía más angulados y casi ganadores del serbio. Sin ser uno de los mejores partidos de Nadal, conectó un gran número de derechas paralelas ganadoras que son un indicador de cuando Rafa está con confianza.

Como no está sacando especialmente bien sufrió con los restos profundísimos de Nole y tuvo que estar rapidísimo y muy coordinado para jugar la segunda bola. Los tres primeros sets fueron de un desgaste físico altísimo para Rafa. En el cuarto, y tras desperdiciar una ventaja de 4-2, Rafa empezó a dar signos de cansancio e incluso de calambres. Él sabía, y Nole también, que en un quinto set el serbio iba a tener más posibilidades porque Rafa estaba tocado. Aún así, y a base de garra y calidad, consiguió ponerse 5-4. En ese momento, y tras el 30-0, el serbio no jugó como un número uno y regaló los cuatro puntos, incluida una doble falta en el ‘match ball’.

Rafa ya era una leyenda, pero hoy todavía lo es más.